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Una mujer que desde su niñez lucha contra el machismo y la discriminación, ayuda hoy desde Chicago a emprendedores y empresas a establecer puentes entre Latinoamérica y Estados Unidos, beneficiando al ecosistema de negocios y multiplicando las oportunidades de desarrollo económico.

La Cámara de Comercio Hispana de Illinois (IHCC) se enorgullece en tener entre sus nuevos miembros a la abogada Beatriz Martorello, una profesional muy experimentada que tiene licencia de abogada en Argentina -desde 1991-, en Perú -desde 1999- y también en el estado de Illinois.

Su larga experiencia internacional, su reconocida trayectoria como abogada litigante y como mediadora y su historia de vida ejemplar es otro ejemplo para el empoderamiento de las comunidades latinas.

Su historia de vida merece un reconocimiento.

El desafío de ser mujer

Su padre, descendiente de inmigrantes italianos, era muy rígido en cuanto a los mandatos de los “roles’ que las mujeres debían, según él, ocupar en la sociedad y trató de imponerle sus reglas a fuego…y a veces a golpes. Las mujeres, para hombres como él, no podían estudiar ni trabajar. Sólo servían para casarse, tener muchos hijos y callar. En ese código machista muchas mujeres aceptaban -y algunas en varias latitudes siguen aceptando o resignándose- a su realidad y se dedicaban a ser madres y devotas amas de casa. Y nada más.

Beatriz enfrentó a su padre con apenas 12 años y le insistió en que quería estudiar, ser abogada y ser independiente. Entonces su padre le dijo que tenía que mantenerse sola, que tendría que pagarse todo si quería eso para su vida y que tenía a partir de ahí que limpiar la casa familiar, de tres pisos, a fin de “aprender” como sería su futuro.

Lejos de asustarse, y aún siendo humillada por su entorno familiar, Beatriz le pidió ayuda a una vecina que era promotora de productos cosméticos y con folletos en mano y varias muestras de productos, empezó a vender cosméticos y maquillaje puerta a puerta. Caminaba 40 calles, todos los días, tocando puertas. Así se pagó sus primeras clases de inglés y de piano, así se compró muchos libros, que eran su pasión. A los 12 años, por primera vez, saboreó lo que era la independencia económica y comenzó a construir su sueño de libertad. Luego de ello hizo un profesorado de Yoga. Había comenzado yoga para solucionar los problemas de columna que tenía por el sobrepeso. El clima familiar tan tenso y violento, lo sobrellevaba comiendo ingentes cantidades de hidratos y estaba obesa. El yoga cambió su vida y su salud, Bajó mucho de peso y cuando comenzó a dar clases de yoga además de tener mejores ingresos, logró una mejor perspectiva de lo que deseaba para su vida y la libertad era su más ansiado puerto.

En busca del sueño

Cuando empezó a estudiar en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, su padre, cegado por la ira y sintiéndose desafiado, le dejó de hablar. Ella se tomaba dos autobuses y un tren a diario para ir y volver a su casa. Su voluntad podía más que todos los desafíos que le vida le iba poniendo.

Al poco tiempo, se rentó un pequeño lugar para vivir sola. Durmió sobre un colchón barato en el piso durante casi un año, porque no tenía dinero para comprar una cama. Estudiaba y trabajaba sin detenerse.

Un profesor de Derecho Procesal en el primer año de la carrera le ofreció ser ayudante de cátedra y luego un primer trabajo en un despacho. Ese mismo profesor la invitó a colaborar en una Comisión de Organización de un Congreso de Derecho Procesal para 2000 abogados. Así comenzó a trabajar para el Colegio Publico de Abogados de la Capital Federal (año 1989) y allí conoció a los profesores titulares de la materia, los más renombrados y brillantes. Ello abrió las puertas a su carrera docente y a la Academia, ambas han ocupado un lugar muy destacado en la vida de Beatriz.

En Diciembre de 1990 se graduó como abogada en la prestigiosa (y pública) Universidad de Buenos Aires. La pesadilla no había terminado.

Siguió su carrera en un despacho de abogados donde según su jefe “las mujeres habían sido sólo secretarias o mucamas”…nunca habían tenido una abogada mujer. Beatriz fue la primera. Ella ganaba la mitad que los abogados hombres, el acoso sexual era frecuente y el machismo se imponía. Pero ella seguía resistiendo hasta que pudo en Mayo de 1994 independizarse completamente y comenzar a construir su propio nombre, abriendo su propio despacho, en las oficinas de un conocido de quien aun al día de hoy es uno de sus mejores amigos. Comenzó a crecer, a fuerza de jornadas de 20 horas, casi sin fines de semana y devoción absoluta hacia su trabajo. Y todo el esfuerzo comenzaba a rendir frutos económicos pero, sobre todo, le abría las puertas a la libertad e independencia con la que había soñado desde niña.

Desde el sur… al mundo

Su excepcional trabajo como abogada procesalista y su devoción a la profesión la llevó a que en 1997 la invitaran a ser miembro de la Inter-American Bar Association (IABA/con sede en Washington DC), que reúne a los Colegios de Abogados de todo el continente americano, además de España y Francia. En 2000 recibió el Diploma de Honor de la IABA por su trabajo como Presidenta del Comité de Derecho Civil y Procesal Civil y se integró a al Consejo Directivo de la organización, multiplicando sus viajes y presencia en foros internacionales.

Su trabajo fue tan reconocido que, en 2010, fue elegida presidenta por unanimidad (sólo dos mujeres han ocupado ese puesto en toda la historia de la IABA).

Sus viajes constantes -ya sea como parte de la IABA, de la UIA (Unión Internacional de Abogados, con sede en Paris) la llevaron a conocer a muchos abogados, entre los que estaba Aaron Schildhaus (quien es su actual esposo), que era un abogado especialista en Derecho Internacional con oficinas en Washington DC y conexiones en Europa.

Al ser elegida Presidenta de la IABA se mudó con su hijo pequeño a DC para liderar la institución con más eficiencia que desde su remoto y bello Buenos Aires.

Los Colegios de Abogados de Madrid, de París, de Perú, de Colombia, de Venezuela, la ABA y la misma IABA, entre otros, la reconocieron por su trabajo en la IABA, donde adquirió más proyección internacional.

De la decepción a Chicago

Cuando regresó en 2011 a su natal Argentina se encontró con un país aún más hundido en su crisis política, social y económica. Cuando un niño de menos de 12 años le apuntó con una pistola para intentar robarla al detener su auto en un semáforo, sintió que su país se había transformado en un agobio. Supo que necesitaba buscar un lugar más seguro para criar y educar a su hijo, a pesar de dejar atrás su país, sus amigos, su familia, su trayectoria profesional.

No le fue fácil, pero el proceso ya había comenzado en su interior.

En 2012 junto a una amiga de Chicago fundó y lideró una non profe que denominaron WEN (Women Emporwement Now). Organizó talleres y seminarios para empoderar mujeres, en temas como liderazgo, salud, vínculos, independencia económica, bienestar emocional, violencia doméstica ). Eso la volvió a llevar a viajar a Europa, Latinoamérica y África. La organización tenía /tiene oficinas en Chicago, una ciudad que apenas conoció, le fascinó (la conoció el verano…)

En Diciembre de 2014 se mudó con su esposo y su hijo a Chicago, aún sabiendo que su título profesional de Argentina no tenía validez para ejercer en la ciudad. Su primer trabajo fue como Division Manager en el Departamento del Trabajo de Illinois (IDOL), donde por 4 años necesito ejercer su rol de liderazgo con grandes dosis paciencia, templanza y aceptación, para enfrentar y mejorar los complejos procesos de la burocracia americana.

Uno de sus últimos proyectos, que felizmente se concretó, fue la instrumentación de un proceso de mediación, que está ayudando a acelerar la resolución de los más de 4,000 reclamos laborales que se reciben por año con respecto a la ley de salarios. Beatriz tradujo al castellano todos los formularios y el novel proceso online de presentación de reclamos, en el que activamente también participó.

Aún trabajando día completo en IDOL y ocupando un rol de liderazgo en el Departamento, estudió las leyes de su nuevo país, sin cansancio ni recesos durante más de un año y medio, luego del trabajo y todos los fines de semana. Fruto de tanto esfuerzo es que en Febrero de 2018 pasó exitosamente el examen del Colegio de Abogados de Illinois, graduándose como abogada en USA.

Hoy es feliz en Chicago, se unió al Despacho de su esposo y entre ambos manejan una clientela formada por compañías americanas que ya operan en América Latina / Europa o buscan negocios en esos mercados. Y por clientes mexicanos, argentinos, colombianos, peruanos, uruguayos que buscan establecer sus negocios en Estados Unidos.

Un puente entre Latinoamérica y Estados Unidos

La mejor forma de definir a “MartorelloSchildhaus LLC” es como un estudio jurídico boutique que combina experiencia internacional suficiente para posicionarse en el mercado legal como uno de los despachos legales de Chicago con más experiencia para hacer de “puente legal” entre Latinoamérica y Estados Unidos.

La experiencia de Beatriz Martorello en la Interamerican Bar Association y el trabajo de Aaron Schildhaus en Washington DC y Europa y como pasado Presidente de la American Bar Association Internacional, les da credenciales como profesionales responsables, honestos y enfocados a ayudar a sus clientes a crecer.

“Nosotros tratamos de entender, ayudar y potenciar a nuestros clientes”, nos dice Beatriz. “A mi personalmente me ha costado mucho abrirme nuevos caminos y tener una vida mejor que aquella a la que estaba predestinada por mandato familiar. Se de los esfuerzos y sufrimientos que hay atrás de toda historia de progreso social. Como no voy a entusiasmarme y apasionarme por ayudar a la gente que tiene el mismo bagaje cultural latino que yo? La pandemia nos ha confirmado que el único camino que tenemos para seguir avanzando es el de ser colaborativos, generosos y tratar de ser felices haciendo lo que nos gusta, que en nuestro caso es servir a nuestros clientes.”

Aaron y Beatriz cuentan con considerable experiencia transnacional en la representación de individuos, empresas, ONGs y gobiernos. Conozca más sobre su firma en: https://mslawbridge.com/

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