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Nunca se habló tanto del “empoderamiento femenino” como en estos últimos tiempos.

Me da mucho gusto que el tema esté de moda, que se discuta en las redes sociales, que sea parte del discurso de las celebridades, impulsando a que todas las empresas le presten atención al tema.

Pero no quiero hablar en abstracto. Quiero contarles la importancia que han tenido y tienen las mujeres en mi vida cotidiana y en la vida de nuestra organización, para que entiendan por qué la Illinois Hispanic Chamber of Commerce (IHCC) es ejemplo en la lucha por la igualdad en el mundo de los negocios.

Mi vida con ellas

Todo empezó con Doña Rosita, aquella mujer increíble que se hizo cargo sola de una casa y enfrentó todo tipo de sacrificios para que mis hermanos y yo pudiésemos tener una educación de calidad. Ese valiente ejemplo de mi mamá es un motor diario que impulsa cada acción de mi día a día.

Laura, mi esposa, me enseñó desde el amor a que en mi casa tenemos que pensar como equipo. Gracias a ella entendí que la verdadera generosidad está en entender primero al otro, antes de pensar en uno mismo.

Mariana, mi hija de apenas 11 años, es otra maestra en la vida. Su sonrisota me da esa luz que necesito para caminar, incluso por los caminos más complicados.

Pero son mis compañeras de trabajo y mis jefas las que me han demostrado que el verdadero empoderamiento femenino es una consciencia colectiva, que tiene que estar expresada en acciones que fortalezcan la igualdad de género en la forma en que los hispanos hacemos negocios.

Es por eso que agradezco mucho a Ivette Treviño, Silvia Bonilla, Gabriela García, Liana Bran, Angie Alonso e Irays Muñoz, que todos los días en nuestra oficina de IHCC insisten en que nuestro valor como organización debe estar en generar acciones de inclusión, en tener mayor sonoridad de nuestros mensajes de lucha por la igualdad de género y en colaborar con otras organizaciones para abrir más espacios para ellas en Chicago.

Ivette es una especie de “mamá” para todos nosotros. Nos cuida, nos regaña y siempre está vigilando que no demos un paso en falso. Su larga experiencia, dedicación, profesionalismo y generoso apoyo han sido esenciales para que todos nuestros eventos brillen con luz propia. Gracias a ella, los miembros de la Cámara sienten siempre nuestra cercanía cuando lo requieren.

Silvia aporta su alegría y entusiasmo en ayudar a los demás. Su empeño en ser guía para emprendedores ha permitido que muchas mujeres puedan concretar el sueño del negocio propio.

Gabriela es una joya única que brilla en una industria compleja como la del transporte, donde generalmente los hombres tienen la voz de mando. Ella “conduce” su programa, abriendo nuevas rutas para los hispanos que quieren ingresar a esta industria.

Liana es una joven brillante, conocedora como pocas del valor de la tecnología en esta era. Gracias a ella hoy podemos ofrecer un espacio único en Chicago donde los jóvenes hispanos pueden captar una gran cantidad de recursos para fundar start-ups o hacerlas crecer.

Angie es la más nueva en el equipo, pero no por eso deja de mostrar su alto nivel de compromiso. En el complicado camino de la burocracia, ella encuentra los caminos para que muchas empresas puedan encontrar la estabilidad siendo contratistas del gobierno.

Irays es una “dreamer”, la más joven del equipo, alguien que siempre nos demuestra con dedicación y profesionalismo que la alegría y el entusiasmo son imprescindibles para emprender.

Sin mis compañeras de trabajo, la IHCC no sería lo que es. De eso estoy seguro.
Ellas me impulsan, me llenan de cariño en momentos tristes, me engordan con sus toneladas de dulces y antojitos. Y lo más valioso es que me dicen las cosas de frente y sin anestesia. Su transparencia, honestidad y gran dedicación es lo que ha hecho de IHCC una organización respetada en Chicago.

Reconocimiento también merecen mis “jefas”, Arabel Alva-Rosales, Margaret Perez, Mayra Khan, y Socorro Vazquez, empresarias de raza, integrantes del Board of Directores de IHCC, que se han abierto camino luchando en medio de la discriminación de los hombres y que hoy lideran negocios y brindan oportunidades de trabajo a cientos de mujeres.

Ellas también me recuerdan siempre que entre los valores de nuestra organización está el impulso de la igualdad de género dentro del respeto que exigimos para todas las minorías.

Misión Posible

Todas las empresas de Illinois necesitan entender la importancia de tener mujeres en los puestos de toma de decisión, para que tengan voz y una oportunidad de mostrar sus ideas.

Impulsar esa presencia femenina en las empresas tendrá un efecto cascada: ayudará a otras mujeres a mejorar más rápido sus condiciones de vida.

Necesitamos decir las cosas alto y claro para destruir esa regla patriarcal de que muchas mujeres no pueden trabajar juntas porque compiten por la atención masculina.

Juntos podemos

La colaboración con otras organizaciones es una acción esencial para alcanzar el objetivo de empoderamiento. Se trata de mujeres ayudando a mujeres, rompiendo ese viejo pre-concepto de competitividad y rivalidad.

Es precisamente a través de la colaboración que es posible abrir más espacios de oportunidad para ellas.

Nuestra misión siempre es creerles, integrarlas a nuestro equipo y dar el ejemplo, asegurándoles las mismas oportunidades a todos.

Al empoderar a las mujeres tendremos seguridad de que ellas se protegerán mejor unas a otras y lucharán en busca de una sociedad más justa e igualitaria.

No hagamos o hablemos de esto sólo este 8 de marzo, sino todos los días. Ellas lo merecen.

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