El lunes es el día más pesado de la semana de Jonathan Macedo.
No sólo porque tiene, como cualquier joven de 18 años, que asistir a clases (virtuales, por ahora). Sino porque también debe hacer pedidos a proveedores, conducir hasta los depósitos de las distribuidoras de alimentos para recoger verduras y carne, enviarle la información financiera de la semana a su Contador, pagarle a sus empleados, hablar con su abogado, llenar documentos de aplicaciones para subsidios… más lo que haga falta. Y, por si fuera poco, armar los turnos de trabajo para la semana y verificar que en la cocina de su restaurante todo está fluyendo bien.
¿Sorprendido? Lea esta increíble historia y conozca al dueño más joven de un negocio en Chicago, cuya historia ya ha sido destacada por la cadena NBC a nivel nacional y por un amplio reportaje del Chicago Tribune, que le han llevado mucho más clientes americanos a su restaurante. La atracción “Peke’s Pozole” ya no es el exquisito caldo mexicano. Es el “niño maravilla”, orgullo de nuestra comunidad.
El sueño cumplido…
Y es que es increíble ver en acción a Jonathan, con muchas más responsabilidades de la que, seguramente, teníamos muchos de nosotros a los 18 años.
Jonathan nos contó que comenzó a trabajar a los 12 años, ayudando en casa a sus padres (ambos empleados de una imprenta y una empacadora desde 1987, año en que llegaron a Chicago desde Guerrero) cuando decidieron vender comida los fines de semana. En mayo de 2018, cuando él tenía 15 años, sus padres inauguraron Peke’s Pozole, el pequeño restaurante familiar en Pulaski Road, en Archer Heights. Allí sirvió mesas, tomó pedidos de los clientes, cocinó y hasta hizo algún trámite administrativo (aunque su padre debía firmar porque él era menor de edad).
El 17 de Noviembre de 2020, 12 días exactos después de que cumpliera 18 años, sus padres le cedieron la propiedad del restaurante. De todos modos, hace tiempo que él ya actuaba como dueño. Cuentan los empleados del restaurante que desde hace años se lo ve comprometido, organizado, inteligente y ambicioso. “Es muy respetuoso y justo”, cuenta una de sus empleadas.
Y ahora, Peke’s Pozole (“Peke” porque es el apodo de su madre y el pozole la especialidad de la casa, que se hace con una recta de Chilapa, Guerrero, México, la tierra de su madre) – ahora es legalmente responsabilidad del joven Jonathan.
La pandemia del Coronavirus le pegó fuerte al restaurante, como a todos en la industria. El muchacho nunca bajó los brazos. Aplicó a todos los subsidios y préstamos del Gobierno federal, estatal y de la Ciudad de Chicago. Consiguió, él solito, los recursos para mantener el negocio a flote.
El lugar ahora va bien. Los fines de semana, las esperas por menos de 10 mesas a veces se extienden hasta por una hora. Los domingos, Jonathan ha estado vendiendo más de 300 pedidos de pozole. También está vigilando la cocina, ordenando al personal, atendiendo pedidos de UberEats, DoorDash y Grubhub, comprando ingredientes que hacen falta a último momento, aclarando dudas con Francia (su novia, que es cajera los fines de semana) y haciendo el papeleo de oficina.
Hasta del marketing se encarga en parte este joven maravilla. El logotipo de Peke’s tiene el rostro de un jaguar. Quienes no son mexicanos creen que es un tigre. Jonathan trajo muchas máscaras de jaguar de sus viajes a México porque quiere que su restaurante tenga una mezcla de diseño moderno, pero que respete las tradiciones y la cultura de sus padres.
Mientras habla con nosotros, Petra, su mamá, lo mira con esos ojos de orgullo que emocionan a cualquiera. Ella está convencida que, junto a su marido, tomaron la decisión correcta. Jonathan es el Jefe. Se lo ha ganado a pulso.
… y va por más
También hay otro lado de la historia que merece contarse. Jonathan es también un estudiante de último año en Lindblom Math and Science Academy, una escuela de inscripción selectiva en West Englewood, considerada entre las 300 mejores escuelas del país. Nunca ha perdido un sólo examen. Ser propietario de un restaurante no ha cambiado eso. De hecho, el aprendizaje remoto le ha ayudado a alternar entre las clases y el trabajo. Si estás dedicado y enfocado, no es tan pesado, dice sonriendo.
En el otoño, asistirá a la Universidad DePaul para estudiar negocios; recibió una beca casi completa. De hecho, fue aprobado en todas las universidades a las que solicitó. Se decidió por DePaul porque está cerca de su restaurante. Pero, y ya a esta altura no es ninguna sorpresa, aprobó cursos de negocios tempranos de doble crédito en City Colleges of Chicago: introducción a los negocios, contabilidad financiera, principios de administración y habla.
Estamos Aquí Para Ayudar
Sus padres nacieron en Guerrero. Un nombre que, en inglés, significa “warrior”. Nada más ad-hoc para definir al personaje que Jaime di Paulo, Presidente & CEO de Cámara de Comercio Hispana de Illinois (IHCC) tuvo el gusto de conocer.
El encuentro se dio en su restaurante, junto a un sabroso plato de Pozole. Jaime le explicó a Jonathan que nuestra organización puede ayudarlo a crecer su negocio.
Es un joven brillante que enorgullece a nuestra comunidad; ya hablamos con él de que tiene que continuar su carrera universitaria, seguirse formándose, abrir su mente y aprovechar esta oportunidad única de ser dueño de un negocio, algo que le marcará positivamente para el resto de su vida”, dijo Di Paulo.
Jaime explicó a Jonathan el trabajo de la Cámara de Comercio y le aseguró que el equipo de Illinois Small Business Development Center (SBDC) que funciona en la IHCC estará listo para darle asistencia técnica y guiarlo en lo que necesite.
Cuando la Asociación Nacional de Restaurantes y la Asociación de Restaurantes de Illinois fueron consultados por el Chicago Tribune sobre si conocían el caso de Jonatha, ambos respondieron por correo electrónico lo mismo: “Woooooooooow.”
Es lo mismo que dijimos nosotros cuando conocimos esta historia de primera mano y es lo mismo que pensamos cuando salimos del restaurante después de conocer a este joven que enorgullece a nuestra comunidad.