No hay muchos ingenieros hispanos, aquí en Estados Unidos, que sean dueños de plantas industriales dedicadas exclusivamente al tratamiento de aguas residuales. Nosotros sólo conocemos a uno.
El protagonista de esta historia ofrece trabajo a muchas familias y en estos tiempos de crisis como los que estamos atravesamos a causa del Coronavirus, él ha formulado una solución para salir adelante y seguir contribuyendo a la innovación y al talento de quienes estén dispuestos a recibir su apoyo.
Ricardo “Rico” Martinez vive ahora en Indiana, pero tiene su empresa en Illinois y es miembro de IHCC. Nuestra organización se enorgullece de tenerlo como aliado estratégico y socio de negocios.
Aún con un título de Ingeniero, empezó en este país lavando platos hace más de 30 años. Eso le da una perspectiva distinta de los negocios y de la vida.
Él insiste una y otra vez que no persigue el dinero, sino el éxito. Si haces las cosas bien, el dinero viene después, es la frase con la que resume su filosofía desde hace años, inspirando a otros emprendedores más jóvenes.
Días complicados
Aunque su industria ofrece un servicio esencial (lo cual garantiza el trabajo) aún así está preparándose para una posible crisis en caso de una escasez de trabajo por cese de operaciones de sus clientes.
Y para eso recomienda tomar una de las opciones que cada empresario o contratista independiente tenga sobre la mesa y no moverse del plan, ejecutándolo siempre de acuerdo a sus necesidades.
Rico expuso su plan a su equipo de trabajo, en caso de que la situación se complicara, ya que él no quería despedir a nadie. Y les propuso un esquema de reducción de horas que garantiza que todo empleado regrese a su casa cada semana con un cheque.
Hay que proteger a las familias de quienes te ayudan. Yo no soy nadie sin mi gente. Podré ser el CEO y diseñar plantas, pero necesito de cada uno de ellos para operarlas y mantenerlas, explica en entrevista telefónica desde su casa.
A sus empleados él les dice “mis héroes” y saluda cada mañana con el mismo entusiasmo al gerente general que al responsable del mantenimiento.
Una historia a la inversa
Su sueño americano merece contarse. Es bueno que las nuevas generaciones de emprendedores tengan referencias y entiendan cómo se construye el éxito.
La primera gran diferencia con muchos otros “soñadores” es que Ricardo no nació en México, sino aquí en Chicago.
De pequeño regresó a Monterrey, la tierra de su padre. Allí creció.
En la “Sultana del Norte”, famosa por sus industrias y por ser el corazón de la economía de Mexico, siguió la tradición de miles de jóvenes de ese estado mexicano que entienden el valor de estudiar una carrera profesional.
Su título en Ingeniero Electromecánico lo obtuvo en la Universidad Autónoma de Nuevo León, alma mater de grandes ingenieros mexicanos.
Pero recién graduado vio que las empresas mexicanas desperdiciaban tiempo y recursos humanos para cumplir sus objetivos y él veía que así ningún negocio podía avanzar.
Estaba decepcionado de México cuando, de vacaciones en Chicago, encontró un primer trabajo temporal con el esposo de un familiar, que empaquetaba revistas nacionales para enviarlas por correo a los suscriptores en Illinois. Se emocionó con la eficacia estadounidense en los sistemas de producción.
Ya graduado volvió a Estados Unidos y rápidamente volvió a familiarizarse con el inglés como primer idioma, como le ocurre a muchos “regios” que cruzan el Río Bravo.
Lavando platos
El barrio donde llegó a vivir en Chicago había mucha violencia entonces decidió probar suerte en Rockford IL, al norte del estado, un lugar más tranquilo, donde vivían otros familiares.
Allí consiguió trabajo en un elegante restaurante japonés. Era lavaplatos mientras gestionaba su licencia de electricista. En esa época trabajaba 105 horas a la semana, en tres empresas distintas.
En Estados Unidos uno hace todo solo. Aquí cada uno se concentra en lo suyo y eso garantiza el enfoque y la productividad a largo plazo, explica Rico.
Todo inició aquella tarde…
Toda historia de éxito tiene un origen y ésta debe remontarse a una tarde de 1993, cuando “Rico” estaba trabajando en una fábrica automotriz.
Aquella tarde conoció a Esteban Luviano, que trabajaba en una planta de tratamiento de agua (hasta hoy Rico comenta que es el mejor ingeniero químico sin título que conoce) y que le comentó que estaban buscando a alguien para mantenimiento. Menos de una semana después Rico aplicó y obtuvo el puesto.
No habían pasado tres meses y Martínez ya se había entusiasmado de todo lo que conocía en la industria: el agua sucia, como por arte de magia, salía totalmente cristalina luego de pasar por una serie de procesos químicos complejos. Entender esos procesos se empezaba a transformar en un desafío.
Un día vio un anuncio en la fábrica solicitando un operador de laboratorio para el turno de las 3 am a las 11 am. Nadie quería trabajar a esa hora. Pero él se presentó y en ese laboratorio comenzó a entender mucho más de todos los procesos.
Era tan apasionado que hacía más pruebas de las necesarias. Tantas pruebas hacía que rompió varias veces las máquinas. Por sus conocimiento de electromecánica las volvía a arreglar de inmediato.
Estudió cada vez más sobre el tema y tiempo después obtuvo una licencia como operador de sistemas de tratamiento de agua. Ese fue el primer paso para emprender.
El siguiente paso fue concentrarse en simplificar procesos, especializándose en rediseñar plantas que pudieran procesar más cantidad de agua en menos tiempo.
Un día hubo un incendio en la empresa donde trabajaba. Una tragedia que llevó a que la compañía fuertes cambios. Los nuevos dueños le pidieron a Rico que los ayudara a crecer y construir nuevas plantas.
Dejó de ser un operador de mantenimiento para pasar a diseñar y construir nuevas plantas con eficacia para esa empresa, comenzando a consolidar su sueño.
En 2015 nació el negocio de su vida: Water Integrated Treatment Systems, LLC.
Rico se instaló en Dolton, Illinois y Luviano, aquel que le habló de una oportunidad de trabajo 27 años antes, se convirtió en su brazo derececho y en el mentor a nuevas generaciones para convertir profesionales en el arte de tramamiento de aguas residuales.
El valor de la innovación
Hoy, con toda su trayectoria en la industria, Rico está más enfocado en la eficiencia que en los volúmenes de producción. Eligió un camino distinto al de muchos competidores y los buenos resultados están a la vista.
Muchas de las compañías que procesan aceites, petróleo y otras sustancias usan agua, y una vez usada, esa agua está contaminada a tal grado que no la pueden vertir en el drenaje. Su empresa recoge esa agua sucia, la limpia y luego la vierte en el drenaje.
Como Presidente & CEO, Rico Martínez es responsable por correr todas las áreas del negocio. Bajo su liderazgo, Water Integrated Treatment Systems ha tenido rápido crecimiento y rentabilidad.
Sus diseños son el modelo para cada planta tratadora de aguas de la compañía. Detrás de todo ese complejo proceso hay un hombre obsesionado con los detalles y los métodos de trabajo.
Ventajas de ser una empresa de minoría
El verdadero crecimiento vino luego de convertirse en una empresa de minoría (MBE). Rico no sabia de esta certificación que ha beneficiados a cientos de miles de pequeños empresarios del país.
La IHCC lo ayudó a certificarse a través del Chicago Minority Supplier Development Council.
Con ayuda de la IHCC logramos esta certificación como empresa de minoría que ha sido clave en nuestro crecimiento. Me abre muchas puertas. El 30 por ciento de mis clientes vienen gracias a mi condición de empresa de minoría. Hoy trabajamos con grandes clientes como ComEd, Econ, People Gas y muchos más, asegura “Rico”.
Liderazgo inspirador
Rico cree en la responsabilidad social que tiene cada pequeña empresa en una comunidad, porque brindando trabajo se garantiza oportunidades a todos.
Uno de sus momentos más felices del año es cuando Water Integrated Treatment Systems organiza eventos y ve a los trabajadores junto a sus familias conviviendo unidos.
Es ahí cuando se siente orgulloso y aprecia lo que el esta haciendo viendo felices a muchas de las personas que lo rodean. Esa es su máxima satisfacción como hombre de negocios.
Un modelo a seguir
Además de ser inspiración para muchos empresarios, Rico está comprometido con su comunidad y con las organizaciones de su industria en Illinois.
Integra el Comite del Chicago Minority Supplier Development Council y está siempre trabajando con organizaciones como National Oil Recyclers of America, American Gas Association y la IHCC.
En estos momentos de crisis dice que la IHCC se ha convertido en más indispensable que nunca.
Siempre hemos peleado como minoría para que nos vean. Es el momento de dar apoyo moral, apoyo económico. En los momentos más duros es cuando se ven los amigos. Y la IHCC está haciendo eso con todo, demostrando que es amigo de toda nuestra comunidad de negocios, nos dice Martínez.